Parte fundamental para diseñar y crear tu cliente ideal es tener que hacer renuncias.
Debes renunciar a ciertos clientes a los que no les vas a poder gustar completamente.
Querer atender a todo el mundo es un error que a la mayoría de los empresarios nos ha costado mucho tiempo entender.
Este caso de éxito de Dollar Shave Club demuestra que hacer renuncias grandes es un gran acierto.
La propuesta de valor es simple, llevarte mensualmente a tu casa una afeitadora que cumpla su función y sea barata.
Así, probablemente definieron a su cliente ideal:
Edad 22-35, que buscan un buen afeitado, pero sin el precio que suele venir con las máquinas de afeitar de las otras grandes marcas.
Estos consumidores conocen la web, aprecian la conveniencia y les gusta la idea de tener diferentes puntos de precio para el producto.
No están interesados en toda la tecnología disponible en una maquinilla de afeitar, solo saben que quieren un afeitado limpio y no quieren pagar un brazo y una pierna para hacerlo.
Hicieron una renuncia a hacia los clientes que prefieren productos sofisticados para afeitarse y por lo tanto tener resultados superiores.
Video publicitario: Hablándole al cliente ideal.
Esta fue el video de la primera campaña publicitaria.
Es irreverente, gracioso, ataca los puntos de dolor de su cliente y finalmente se ponen a sí mismos como la solución.
Este video no se hubiera vuelto viral si lo hubieran construido para satisfacer a todo el mundo tal como lo hacen marcas como Unilever y sus comerciales de afeitadores.
Ahora Dollar Shave Club ha ampliado su oferta y atiende también a mujeres. Fue comprada por una transnacional y está en pleno crecimiento en el sector de cuidado personal.